lunes, 6 de junio de 2011

GRACIAS A UN AROMA, UN RECUERDO QUE JAMAS SE VA

Voy caminando por el bosque y mientras lo hago recuerdo una época en la que mientras me acostumbraba fue dura para mi, pero ¿Por qué he recordado esto? Tal vez es por el olor del bosque, por las plantas, por el cantar de los pajaritos no lo se pero se que fue lo que me paso, todo comenzó cuando era niña; iba caminando, de repente tropecé con una rama que me hizo rodar por la loma, en ese momento no se que me paso creo que me golpeé con una piedra y por el momento quedé inconsciente, cuando desperté estaba en una humilde casa, eran unos viejitos quienes me habían recogido, ellos me criaron pues no tuve la suerte de encontrar a mis padres bilógicos sino hasta cuando cumplí veinticuatro años.
Bueno Yo no me disgusto por haber sido criada por este par de viejitos mis “padres” porque así lo considero pues fueron Ellos los que me enseñaron lo que era la vida y aunque no me llenaban de lujos me daban todo lo que era necesario, Ellos eran muy amables, claro que a veces Yo tenía sueños, y por no tener dinero no los podía cumplir. Pase casi toda mi adolescencia buscando a mis padres y en base a esto tuve varias aventuras, una de ellas fue que salí con mi mejor amiga de noche para buscar pistas sobre mis padres; íbamos caminando cuando de repente sale un perro furioso detrás de nosotras y nos toco salir corriendo y refugiarnos por un largo rato detrás de una enorme casa, mientras que esperábamos detallábamos la casa, era muy grande; se notaba que era de gente con bastante plata.
Bueno al final se fue el perro y regresamos a la casa, pero cuando nos devolvimos no se veía nada y nos tropezamos con los árboles era doloroso pero gracioso a la mañana siguiente me desperté con dolor de cabeza de los golpes y me desperté con una incertidumbre en saber que personas vivían en esa casa… pasaron los días, seguía teniendo aventuras, lo raro era que siempre terminaba en la enorme casa y pensaba que tal vez eso era una señal.
Pasaron los meses y mis aventuras continuaban me metía en problemas, pues a veces asustaba a la gente cuando paseaba por los jardines con una actitud rara o eso era lo que le decía la genta a mis padres y recuerdo siempre sus palabras “Mariana ya deje de hacer eso de salir en las noches” la gente ya se cansa y un día te van a gritar los vecinos, yo no quiero que te traten mal, siempre me lo recordaba pero yo no le hacía caso, pues quería encontrar a mis verdaderos padres.
Gracias a mis aventuras puede darme cuenta de la verdadera amistad pues Ángela mi mejor amiga me apoyó en todo momento. Un día salimos con Ángela solo a caminar, tomamos un camino por donde nunca habíamos ido y nos extraviamos, duramos horas caminando y no encontrábamos la salida hasta que llegó la noche; así que decidimos refugiarnos en una pequeña cueva. A la mañana siguiente bien temprano seguimos caminando y por fin llegamos a la enorme casa, recuerdo que había una señora hermosa afuera de la casa y supongo que las dos con Ángela estábamos muy mal, pues la impresión de la señora fue grande, lo primero que hozo fue llamarnos y brindarnos algo de comer y de beber, se lo agradecimos mucho pues moríamos de hambre y sed. Al ver a la señora sentí algo muy raro, como que la conocía de toda la vida, era como algo que nos unía, me moría de ganas por preguntarle su vida pero se hacía tarde y teníamos que regresar.
Al entrar a la casa mis padres y los de Ángela nos abrazaron, si nos regañaron pero bueno les contamos la historia así que no nos castigaron. Como la señora de la casa grande nos había invitado y nos había caído bien la visitamos todos los días, pasaron los días y decidí ir sola a la casa de Luz, así se llamaba la señora y por fin pude preguntarle sobre su pasado, todo concordaba con vida, pues ella y su esposo habían perdido a una niña, por más que la buscaron no la encontraron y es la hora que aun la esperaban; en ese momento me llegó a la mente un recuerdo, entró como una luz totalmente clara, me vi cuando era pequeña llamando a mi mamá Luz y entonces la vi, vi la cara de mi verdadera madre y en ese momento no podía creerlo, pues la cara que recordé era igual a la de la señora que tenía en frente, era mi madre. Según lo que me cuenta le paso algo similar con migo pues ella también se dio cuenta que era Yo la niña a la que buscaban. En ese momento lagrimas brotaron de nuestros ojos y nos abrasamos, y empezamos a dialogar, así paso toda una tarde.
Había descubierto ya a mis padres y era el momento de enfrentar a los padres que me criaron y a mis padres biológicos, recuerdo que me moría de los nervios en cuanto ellos hablaron, paso casi un día hasta que por fin llegaron a la conclusión de que me quedara con mis verdaderos padres y que podía visitar cuantas veces quisiera a los que me criaron con tanto esfuerzo, y así fue. Mi amistad con Ángela después de tantos años sigue, y Yo sigo visitando a mis viejitos.
Pues sí esta fue mi historia, recordé todo esto solo por un aroma, y se que me hizo valorar todo, aunque mis vidas fueron totalmente diferentes era rica pero crecí humildemente y si pobre pro de la pobreza aprendí a valorar a las personas, a no negarle el saludo a nadie y a compartir todo lo que tuviera si pudiera y es algo que aun pongo en practica con la ayuda de mis verdaderos padres Pedro y Luz compartiendo un recuerdo que jamás se va.
FIN


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