
El suelo deficiente en materia orgánica puede hacerse más productivo abonándose con guano. Éste está compuesto de amoníaco, ácido úrico, fosfórico, oxálico y ácidos carbónicos, sales e impurezas de la tierra. Tiene color rojizo cuando proviene de los yacimientos del Plioceno y el Pleistoceno, y es amarillento cuando es de formación reciente.
Puede ser utilizado como un fertilizante efectivo debido a sus altos niveles de nitrógeno y fósforo. A partir de la concentración de dichos componentes también se puede elaborar el superfosfato. (en algunos lugares los excrementos son de murciélago) pues el guano de murciélagos es hoy uno de los fertilizantes naturales más populares. Ningún otro abono posee sus casi mágicas propiedades, ya que contiene todos los elementos esenciales para el desarrollo de plantas sanas y bellas.
Las antiguas civilizaciones cuidaban celosamente los depósitos de guano, existiendo en algunos casos la pena de muerte para quienes ocasionaran disturbios en ellos.
